



Entre imágenes sólidas, austeras y vestidas
de pura desnudez,
está la ermita.
Y entre rostros enjutos de viejos labradores,
la sombra de los surcos,
el clamor del silencio,
la fuerza de la vida.
La memoria ancestral, que es el alma del pueblo,
trae el rumor envolvente
de la voz de los siglos...,
que en los montes respira...