
A través del ojo quieto, una multitud de pájaros alborozados arremeten contra la tarde.
Llegan desde los cipreses cargados de lluvia y desde las sombras frías de un día que declina.
En un instante, un árboldesnudo florece de aleteos y júbilo sonoros.
Un sol invisible dirige el concierto.
Hasta que un movimiento leve de párpados clausura el crepúsculo gris.
Todo es anuncio, presencia, equilibrio, reflejo, poder...