domingo, 29 de junio de 2008

para Oscar Morrás Díaz




Hoy, 29 de junio, el "vasco" hubiera cumplido noventa y tres años.

En ese sitio atemporal donde te encuentres, sabrás seguramente, que tu nieta mayor andubo

recorriendo las calles por las que tus padres te habrán paseado; y especialmente aquella en la que se encuentra la casa donde naciste y aprendiste a caminar. También quiso saber si aún hay

en Los Arcos, gentes portadoras del mismo apellido; y tuvo encuentros muy cálidos que la conmovieron y me supo transmitir; a mí, que durante muchos años de mi vida soñé con llegar

a contemplar los lugares lejanos donde están las raíces familiares.

Y te digo, papá, que ahora es como si ya hubiese estado; porque claro, no se trata de tiempos y distancias; no son los lugares físicos; tampoco se trata de viajar y observar paisajes y encontrar

información. Este es un encuentro en "otros sitios"; en memorias ancestrales; y aún así, no se puede hablar de pasado. Hay pensamientos e imágenes entrelazados en la urdimbre de la vida;

de esa vida inagotable que trasciende nuestras pobres coordenadas de calendarios y geografías;

de esa Vida que reverbera reconciliación, encuentro, alegrías y perdones recíprocos; y un cierto

reconocimiento del propósito de "nuestro estar en el mundo".

No sabemos, papá, porque te tocó llegar al mundo en esa pequeña aldea navarra. Lo único que sabemos, tus hijos y nietos, es que nada hay fortuito; que nada hay carente de sentido. Y

¿sabés?; pronto tus biznietos serán ocho; el único varón hasta ahora, lleva nombre vasco: Iñaki.

Y el que está por llegar para noviembre, varón también, se llamará Unai.

Además te cuento, que tu único nieto varón, Martín, lleva el "euskal ardura" a pleno.

Por mi parte, estoy explorando esa misteriosa lengua euskera que me hace preguntarme

¿Nortzuk gara gu?

¡¡ Gero arte, aitatxo !!


2 comentarios:

F.G. Pole Dance dijo...

Qué nostalgia nostalgiosa de la infancia (primera infancia), de el perfume de la tierra mojada, y el color gris del pelo y los ojos del abuelo.
Y el color verde de los anteojos de la abuela. Y del diván. Y de alguna forma extraña, de la luz en la casa de ellos que tenía el mismo color.
Yo fui la primer bisnieta? Creo que si. Me acuerdo tan bien de esa época que me da escalofríos de los lindos, raros y nostalgicos.

quercus dijo...

Fuiste la primera bisnieta, porsup... Después llegó Gabi, a quien "el vasco" apenas conoció, porque decidió partir en junio del 93. En noviembre del 95, cuando Delfina decidió ir a reencontrarse con el vasco, ya estaba la tercera bisnieta: Camila.
Los recuerdos son extraños ¿no?
Un tema a explorar...